sábado, 24 de diciembre de 2016

UNA NOCHE MUY ESPECIAL

'VEN A MI CASA ESTA NAVIDAD'

   https://www.youtube.com/watch?v=QTdzjSPZv8g
Tu que estas lejos de tus amigos
De tu tierra y de tu hogar
Y tienes pena, pena en el alma
Porque no dejas de pensar...

Tu que esta noche
No puedes dejar de recordar
Quiero que sepas
En nuestra mesa
Para ti tengo un lugar...

Por eso y muchas cosas mas
Ven a mi casa esta Navidad

Por eso y muchas cosas mas
Ven a mi casa esta Navidad

Tu que recuerdas
Quizas tus padres
O un hijo que no esta
Quiero que sepas
Que en esta noche
Ellos se acompañaran...

No vallas solo por esas calles
Queriendote aturdir
Ven con nosotros
Y a nuestro lado intenta sonreir

Por eso y muchas cosas mas
Ven a mi casa esta Navidad

Por eso y muchas cosas mas
Ven a mi casa esta Navidad

Por eso y muchas cosas mas
Ven a mi casa esta Navidad

Por eso y muchas cosas mas
Ven a mi casa esta Navidad

Por eso y muchas cosas mas
Ven a mi casa esta Navidad

Por eso y muchas cosas mas
Ven a mi casa esta Navidad

sábado, 17 de diciembre de 2016

17 DE DICIEMBRE 1830: MUERTE DEL PADRE INSIGNE: SIMON BOLIVAR

¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro.
Hacienda de San Pedro, en Santa Marta, a 10 de diciembre de 1830.
Simón Bolívar


1.-El informe final sobre la muerte del Libertador Simón Bolívar de la comisión investigadora

“Con el nombre de Bolívar en los labios,
 en canciones patrióticas, tomaron a París
 los revolucionarios de 1830”
 Miguel de Unamuno

III
 Hasta aquí, las investigaciones de la Comisión encabezada por el Dr. José Antonio Lorente Acosta, ha dejado asentado dos cosas fundamentales: 1.- Los restos que reposan en el Panteón Nacional, son los del Libertador Simón Bolívar; 2.- No hai manera, en absoluto, de comprobar que el Libertador haya sido envenenado i en los huesos es imposible detectar lesiones o bacilos tuberculosos, así la persona haya fallecido por esta enfermedad. I por mi parte, quiero resaltar lo expresado por el mismo notable investigador: “hay necesidad de trabajar con datos historiográficos y analizar muy bien todo lo que se hizo: la autopsia y todo lo demás”. En el presente, el término correcto, no es autopsia sino necropsia.
 Pues bien, estos datos historiográficos que pertenecen a la historiografía, no sólo como arte de escribir la historia, sino que es un estudio biográfico i crítico, sobre los hechos del pasado, las fuentes i los autores que se han ocupado con relevancia de esas investigaciones. En Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia i muchos otros países del continente, se ha escrito sobre Bolívar, así como en numerosos países de otros continentes. Se ha tratado sobre su vida i obra en más de 16 idiomas, i es el héroe de guerras independentistas que tiene más estatuas o monumentos, igualmente a escala mundial en importantes ciudades; también hai pueblos i ciudades con su nombre.
 Decir que el Libertador llegó a Santa Marta en buenas condiciones de salud, no solamente es ignorancia o fingimiento de ignorancia por parte de escribidores improvisados, sino un mayúsculo disparate intencional, desvirtuando la realidad i la historia, así como el testimonio de todos, absolutamente todos los contemporáneos, de aquella pequeña población, puerto en Colombia. Veamos como lo expone Augusto Mijares. Primero hace notar que Bolívar venía grave, derrotado anímicamente por los libelos i calumnias de sus enemigos i exclamaba destrozado: “mi aflicción no tiene medida, porque la calumnia me ahoga como aquellas serpientes de Laocoonte”. Expone Mijares textualmente: “De acuerdo con lo que había sido proyectado, se trasladó por mar a Santa Marta, adonde llegó la noche el 1° de diciembre. Allí encontró a un médico francés, Alejandro Próspero Reverend, el cual se dedicó a cuidarlo y desde ese mismo día llevó un diario donde anotaba el curso de la enfermedad”. En el primer asiento de ese diario, dice: “S.E. llegó a esta ciudad de Santa Marta a las siete y media de la noche, procedente de Sabanilla, en el bergantín nacional Manuel; y habiendo venido a tierra en una silla de brazos, por no poder caminar, le encontré en el estado siguiente: cuerpo muy flaco y extenuado; el semblante adolorido y una inquietud de ánimo constante. La voz ronca, una tos profunda, con esputos viscosos y de color verdoso. El pulso igual pero comprimido. La digestión laboriosa. Las frecuentes impresiones del paciente indicaban padecimientos morales. Finalmente, la enfermedad de S.E. me pareció ser de las más graves, y mi primera opinión fue que tenia los pulmones dañados”. Este diagnóstico fue confirmado al día siguiente por el Dr. N. Nigth,  cirujano  de la  goleta de guerra  Grampus, de los Estados Unidos que casualmente estaba en el puerto.
 Ahora bien ¿Hai que dudar de estos datos asentados por escrito, corroborado el diagnóstico por otro médico i las circunstancia sociales en la vida de todo el pueblo que le recibió? El Libertador no solamente llegó enfermo físicamente i moralmente por la ingratitud de sus conciudadanos, sino que llegó grave, impedido de caminar por la debilidad extrema i con los síntomas más típicos de una tuberculosis pulmonar. Dudarlo  e  inventar mentiras, no solamente es falsedad, sino un delito i un disparate histórico.  Ese es el cuadro que pintan el 98% de los autores que han escrito sobre la enfermedad i muerte del Libertador, cifras que están expuestas en detalles, en la obra de Antonio Martínez Zulaica, titulada PATOGRAFÍA DE SIMÓN BOLÍVAR, especialmente en varias tablas estadísticas entre las páginas 460 i 467. La única persona que expone todo lo contrario, sin ser historiador ni médico, es un descendiente de Don Joaquín de Mier, el noble español que le dio refugio en San Pedro Alejandrino i que, el descendiente audaz, calumnia i lo pone como conspirador i traidor al Libertador, i miente descaradamente diciendo que estaba en buen estado de salud i con un ejército de 2000 hombres pensaba invadir a Venezuela. En realidad, historiadores serios han dado otras hipótesis sobre las causas de la muerte, que ya mencionaré, pero que podrían tener cierto grado de credibilidad; no un desbarajuste histórico como el pseudo historiador expone en sus dos tomos de LA CARTA. Basura comercial. De manera que el personaje bajado del Manuel, no era Bolívar sino un “doble” tan bien entrenado, “maquillado i enfermado” (un portento del cine actual en Hollywood) que se prestó a morir. El verdadero Bolívar estaba muerto i enterrado en la selva colombiana.


 

2.- Estafa Histórica la muerte de Simón Bolívar

Poco antes de ser asesinado, el Libertador exigió a sus verdugos el beneficio de una última voluntad: escribir una Carta de despedida a Fanny Duvillar, la amante de sus años mozos en París. Pero, bajo la forma de una carta de amor, el documento contiene cifrada la identificación de sus asesinos, de la conspiración en su contra, de cómo había sido traicionado y secuestrado, y, lo más asombroso, dónde está enterrado.
Bolívar no murió por causas naturales, ni por envenenamiento, ni por mala praxis. Todo cuanto ha sido escrito hasta la fecha sobre la muerte del Libertador no es más que una falacia para encubrir los hechos reales que se sucedieron en torno a su muerte. Hubo una conspiración tramada por las personas más allegadas al Libertador. Fue traicionado por aquellos que se decían leales a su autoridad y que lo acompañaron hasta sus últimos días en Santa Marta.
El descubrimiento de las claves y los secretos ocultos sobre la muerte de Simón Bolívar, por lo sorprendente de sus hallazgos y revelaciones, llevarán al lector a la convicción de que la historia de Bolívar (y por ende la historia de Venezuela y la de América) fue secuestrada y adulterada por una pandilla de traidores de Venezuela, España, Estados Unidos e Inglaterra.
Bolívar no murió de tuberculosis. Bolívar no murió en la Quinta San Pedro Alejandrino. Bolívar no murió un 17 de diciembre de 1830. Los restos de Bolívar no están en el Panteón Nacional. ¿Cómo murió Bolívar? ¿Cuándo murió Bolívar? ¿Quién mató a Bolívar? y ¿Dónde está Bolívar? son preguntas que podrán responderse quien lea este libro revelador, que ofrece un Bolívar inédito y poderosamente real, que devela las mentiras, fraudes, falsificaciones y conspiraciones, que por 178 años nos han legado los historiadores ortodoxos, para ocultar la verdad sobre la muerte de Simón Bolívar.
En este libro se devela una mentira que ha sido dicha una y mil veces por 177 años, en cuanto a que Bolívar murió en la agonía de una enfermedad en medio de familiares y amigos, tal cual lo contaron sus asesinos, y cuyas versiones constituyen la versión oficial de su muerte
¡..Eso no es verdad..! como una conclusión a la que llegará el propio lector, luego de leer las pruebas de un magnicidio que fue conjurado por personas que se decían fieles al Libertador. Bolívar no murió de una tuberculosis fulminante como nos dejó escrito Alejandro Próspero Révérend en sus 33 Boletines, quien se proclamó “Médico de cabecera del Libertador”- Así tituló un Diario que describe los 17 días desde la primera noche que lo atendió… Las investigaciones indican que esas memorias tenían la intención de oculta la Conspiración que requería de un Bolívar agonizante para lograr sus objetivos; y para ello, Révérend resultó ser la persona clave en la secuencia de mentiras que han sido defendidas por los más connotados historiadores, porque Révérend fue la fachada de una asesinato, al ser alabado por la Historia como la persona abnegada que atendió al Libertador en su agonía; quien escribió los 33 Boletines médicos siguiendo el código masónico del grado 33 del rito que profesaba el francés; quien le hizo la autopsia, quien embalsamó el cadáver, quien vistió al difunto, quien reconoció sus restos al momento de la repatriación; y como la única persona que escribió de Bolívar durante esos 17 días de agonía… En fin, Révérend es la clave para develar el misterio sobre la muerte del Libertador, cuyos detalles están contenidos en este libro junto con una información inédita de documentos y revelaciones, de los cuales se concluye: que todo lo que ha sido escrito hasta la fecha sobre la muerte de Bolívar, no es más que una mentira que por vez primera es develada como un Código Secreto, por cuanto la verdad sobre su muerte fue ocultada en Signos Masónicos que Simón Bolívar dejó registrado en una Carta, que pidió escribir como su última voluntad, lo cual significa que fue ajusticiado, y no murió por causas naturales como resultado de una tuberculosis fulminante, ni tampoco murió por causa de un envenenamiento o mala praxis.
… ¡..Bolívar fue asesinado..! No se trata de una especulación. Hubo una Conspiración tramada por las personas más allegadas al Libertador, que se decían leales a su autoridad y que lo acompañaron hasta Santa Marta. Todo fue parte de un complot
El asesinato constituyó un secreto de familia que fue develado por un descendiente de uno de los homicidas. Pero más sorprendente aún, fueron las claves que dejó escrito el propio Libertador antes de ser asesinado, que al ser develadas como signos masónicos insertados dentro de la escritura de una inocente Carta que escribió antes de morir, nos revela una verdad que impacta por su genialidad, por su significado y por su trascendencia histórica, puesto que contiene todas las respuestas a las cuatro interrogantes que desde siempre han intrigados a los investigadores:

Descubrir las claves y los secretos ocultos sobre la muerte de Simón Bolívar, por lo sorprendente de sus hallazgos y revelaciones, parecerán sacados de una historia de ciencia ficción al mejor estilo del Código Da Vinci; pero sin embargo, y para sorpresa del lector, no son cuentos de fantasía, ni una de las tantas especulaciones que se pueden hacer sobre la muerte de Bolívar.
En el Libro LA CARTA se presenta una verdad sorprendente, que por vez primera se expone con todos sus detalles y todas las consecuencias que conllevan a su revelación; para ello ha sido estructurado en dos volúmenes:
EL LIBRO 1 es demoledor en cuanto a presentar una versión distinta sobre la muerte del Libertador, utilizando para ello los argumentos y documentos oficiales, lo cual lo convierte en un Libro muy interesante, ya que además incluye capítulos inéditos:
a) La falsedad del Testamento del Libertador b) La mentira de la última Proclama que ha sido utilizada para estigmatizar la última voluntad de Bolívar c) La hija del Libertador, que demuestra que ciertamente sí dejó descendencia d) La República Bolivariana de LA FLORIDA que había sido ocultada por el imperialismo, para que no se supiera que la primera república que independizó Bolívar fue La Florida e) La verdad sobre la espada de Bolívar que había sido robada de la Quinta en Bogotá por el grupo guerrillero M-19 f) Los oficiales y amigos que resultaron ser parte de la conspiración para asesinarlo g) La aventura amorosa del Libertador h) La Sociedad Secreta “Huesos y Calaveras” en la conspiración para asesinar al Libertador





3.- Enigmas sobre la muerte de Simón Bolívar

Posiblemente los investigadores bolivarianos Jorge Mier Hoffman y William Hernández Ospino influyeron en el presidente Chávez, al anunciar en uno de sus programas Aló Presidente que:" "A Bolívar lo asesinaron, lo querían muerto". "Yo no me convencí de que Bolívar murió de tuberculosis" (como dice la historia oficial), porque "tres meses antes de morir, Bolívar recorrió no sé cuántos kilómetros hasta Bogotá".
19 de Diciembre del 2010.
Las amenazas contra Bolívar
Más y más amenazas hacia Bolívar florecían en los rincones informativos de la vida santafereña del siglo XIX, en diarios como: "El Conductor, El Patriota y La Gaceta Oficial, Francisco de Paula Santander y su séquito, en forma de líbelos, epigramas, cartas, discursos o sonetos, atacaban a Bolívar y decían que lo iban a matar".? Según sus indagaciones del mismo autor, Bolívar tuvo cuatro atentados ordenados por Santander, en Bucaramanga, Bogotá, Soacha y otro en el Palacio de San Carlos, antigua casa presidencial. Quizás hubo un quinto y sería en Santa Marta
GERARDO DORANTE CNP 17.632 - Sobre la muerte de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, aconteció según fuentes oficiales el 17 de diciembre de 1830, a las 1:07 pm en la quinta San Pedro Alejandrino en Santa Marta (Colombia) de tuberculosis, diagnóstico señalado en los 33 boletines médicos del cual se han tejido dudas sobre la profesionalidad y veracidad del médico de cabecera del libertador Alejandro Próspero Reverend en sus últimos momentos en el umbral de su muerte. Aunado a lo anterior, se suman varios argumentos enigmáticos de carácter teórico-especulativos que no dejan de tener razones lógicas sobre las vivencias férrea y mística del fundador de esa Gran Colombia llamado Simón Bolívar. Argumentos sostenidos por dos reconocidos historiadores y autores de varias obras de interés como "La Carta que cambiará la historia", del venezolano Jorge Mier Hoffman; y William Hernández Ospino, colombiano autor de la obra: "La Verdad Más Allá de mi Tumba" (pruebas del complot de Santander y Estados Unidos contra el General Simón Bolívar). Estos dos investigadores muestran con documentos y análisis críticos, lo que consideran una conspiración tramada por las personas más allegadas al libertador; traicionado por aquellos que se decían leales y que lo acompañaron hasta sus últimos días. Posiblemente estos dos investigadores bolivarianos influyeron en el presidente Chávez, al anunciar en uno de sus programas Aló Presidente que:" "A Bolívar lo asesinaron, lo querían muerto". "Yo no me convencí de que Bolívar murió de tuberculosis" (como dice la historia oficial), porque "tres meses antes de morir, Bolívar recorrió no sé cuántos kilómetros hasta Bogotá". Lo cierto de todo esto, no deja de impactar a todos aquellos que admiran y veneran con respeto la memoria del padre de la patria bolivariana y libertador de varias naciones. Tres enigmas de interés, una oficial sobre la muerte de Bolívar conocidas por todos y magistralmente novelada por Gabriel Gracía Márquez en su libro: "El general en su laberinto". La del investigador Jorge Mier Hoffman, durante 20 años de estudios sobre la vida de Bolívar, basándose en investigaciones de campo tomando como inicio la salida de Bogotá del libertador el 8 de mayo de 1830 y documentos inéditos de uno de los descendientes de Joaquín de Mier, donde describen del magnicidio. Y la de Hernández Ospino, indica que a Bolívar lo envenenaron por la búsqueda ambiciosa de poder, esa conclusión surge de un trabajo que lleva 30 años, donde se ha dedicado a estudiar el ideario bolivariano, leyendo las cartas, los discursos y las proclamas que Simón Bolívar relató en su corta, pero agitada vida.
       La historia conocida
       Bolívar partió de Bogotá un 8 de mayo de 1830, hasta el día de su muerte, anunciada el 17 de diciembre del mismo año. "El 8 de mayo a las 9:30 de la mañana sale de Bogotá con rumbo a Cartagena, acompañado de un grupo de amigos personales entre civiles y militares rumbo a Cartagena, resuelto a irse para Europa" (El último viaje de Bolívar, Miguel Hurtado Leña. Revista Desafío de la Historia, nº 6). Este viaje dio origen a la novela del Gabo (Gabriel García Márquez): "El general en su laberinto", donde el autor imagina (sin deformar la historia) el epílogo de la vida del creador de la llamada Gran Colombia, iniciada según Vinicio Romero Martínez, el 17 de diciembre de 1819, en Angostura con la aprobación de la Ley Fundamental de Colombia: ".las repúblicas de Venezuela y la Nueva Granada quedan desde este día reunidas en una sola bajo el título glorioso de República de Colombia"; integrada en sus inicios por tres departamentos cuyas capitales serían Caracas, Quito y Bogotá. Después de haber dado libertad a millones de sudamericanos, Bolívar se encuentra en su último instante con muy pocos amigos que lo rodean: Mariano Montilla, Fernando Bolívar (sobrino del libertador), José Laurencio Silva, Portocarrero, el edecán Belfort Hinton Wilson, Diego Ibarra, José de la Cruz Paredes, José María Carreño, Joaquín de Mier entre otros, que posteriormente serían descritos como traidores a los designios bolivarianos. Según historiadores, Bolívar ya no era el guerrero impetuoso dispuesto a consolidar la república, sino un Bolívar derrotado, humillado y temeroso. La versión oficial también dice que el español Joaquín de Mier y Benítez, hombre bondadoso de admiración hacia el libertador, de manera desinteresada brindó su casa de campo para hospedar al ilustre enfermo y para ello envió a Barranquilla el bergantín (barco de velas) "Manuel", de su propiedad para trasladar a Bolívar a Santa Marta," llegando el 1º de diciembre de 1830, a las 7:30 de la noche, habiendo venido a tierra en una silla de brazos por no poder caminar (.)". Boletín nº 1, Reverend.
       De allí el libertador fue llevado a la casa de aduana, propiedad del adinerado español (Joaquín Mier), donde permaneció por seis días, autorizando su traslado a San Pedro Alejandrino el propio Reverend ya que la condición física de Bolívar iba empeorando: "La noche pasada fue regular, mediante píldoras calmantes que tomó su Excelencia.Salió por la tarde para la quinta San Pedro, donde llegó bastante contento del viaje, que decía le había aprovechado, pues lo condujeron en berlina (.)". Boletín Nº 6.
       Para entonces Bolívar ya mostraba un cuadro irreversible de la enfermedad considerada como tisis pulmonar. Para el 16 de diciembre el libertador ya convaleciente se complica, de acuerdo al boletín nº 31: ". ha hecho orines ensangrentados. La respiración es mas trabajosa, y apenas han purgado los vejigatorios, principalmente los de las pantorrillas. Frotaciones espirituosas en los extremos, antiespasmódicos al interior." El médico de cabecera Alejandro Próspero Reverend, viendo que llegaba el momento, sale de la habitación para invitar a sus allegados políticos y militares a que entren al cuarto del genio de América: "Señores, si queréis presenciar los últimos momentos y postrer aliento del libertador, ya es tiempo" (Diario de Reverend).
       El 17 de diciembre de 1830, a la 1.07 pm, muere en su habitación a causa de una tuberculosis fatal, el médico al respecto escribió en su diario: "No hay duda que agentes físicos ocasionaron primitivamente el catarro del pulmón, tanto más cuando que la constitución individual favorecía el desarrollo de esta enfermedad (.)".
       ¿Por qué la autopsia?
       A la misma fecha, a las cuatro de la tarde, en presencia de los generales Mariano Montilla y José Laurencio Silva, habiéndose hecho la inspección del cadáver en una de las salas de la quinta San Pedro, el mismo Alejandro Reverend realizó la autopsia, lo cual originó el desangrado y el uso del bisturí e instrumentos de sierra, ganchos para el estudio de los órganos. Posterior a la autopsia, los restos mortales del general Bolívar, fue trasladado a la casa de Aduana para proceder a su embalsamiento. "Por desgracia estaba enfermo el único boticario que había en la ciudad. Muy escasas fueron sino faltaron, las preparaciones que se usan en semejante caso, hallándome solo para practicar esa operación. Se me hizo muy laboriosa la tarea, máxime cuando se me había limitado un corto tiempo, y que este trabajo se hacía de noche (.)" Memorias de Reverend. Según lo reseña en su libro de memorias escrito 36 años después de la muerte del libertador en Francia en 1866, el mismo Reverend señala que no pudo completar el embalsamiento porque el señor Tomasín, estaba enfermo, y era el único boticario que había, pero resulta que el mismo era el dueño y boticario. Reverend, llegó a Santa Marta el 24 de julio de 1824, estableciendo una botica en la casa Nº 11 de la calle de la cárcel, desde donde prescribía medicamentos a los pobladores. El escritor Jorge M. Hoffman, en su libro La Carta, se pregunta ¿Por qué la autopsia Si había muerto por tuberculosis? ¿Por qué un acto macabro e innecesario? Si Bolívar murió como dice Reverend en sus boletines de tuberculosis, no eran necesarios tales maltratos y desfiguramiento del cuerpo, cortándole la cabeza con una cierra para sacar el cerebro y abrirle el pecho para extraerle los órganos con el corazón. Lo extraño de caso es que ningún familiar como es costumbre autorizó la mencionada autopsia; la misma según carta dirigida del propio médico francés al secretario J.A. Cepeda, en Cartagena el 12 de enero de 1831, la cual dice:"A las 4 de la tarde, tres horas después que se confirmó la muerte del libertador, se llevó el cadáver a la sala contigua a la habitación del enfermo, donde procedió a realizar la autopsia, la cual se extendería por cuatro horas, hasta las 8 de la noche, en presencia de los generales Mariano Montilla y José Laurencio Silva (.). Según este examen, es fácil reconocer que la enfermedad de que ha muerto Su Excelencia el libertador era en su principio un catarro pulmonar, que habiendo sido descuidado, pasó al estado crónico, y consecutivamente degeneró en tisis tuberculosa (.)".
       ¿Era Reverend medico?
       En uno de los libros publicados por el Dr. José Izquierdo, el escritor pone en tela de juicio la enfermedad aparente de Bolívar como también dudas sobre la profesión médica de Alejandro Próspero Reverend. Al respecto dice lo siguiente: "Reverend no era médico, su nombre no figura en el archivo de la Facultad de Medicina de París ni en el de algún otro de los institutos de Francia que daban enseñanza médica durante las décadas segunda y tercera del siglo XIX, únicas a las cuales podrían corresponder sus estudios médicos. Cuando años después Reverend pidió a los congresos de Bogotá y Caracas, el título honorario de Médico Mayor del Ejército, las respectivas respuestas fueron negativas. La de Bogotá con cortesía, la de Caracas con la implícita y lamentable observación de que él no poseía títulos universitarios".
       De igual manera personal de profesores de la UCV, en 1980 y galenos pertenecientes a la Sociedad Venezolana de la Historia de la Medicina, 17 años antes en 1963, hicieron estudios a los 33 boletines publicados por Reverend, donde sugiere que el deceso del Bolívar pudo ser por consecuencia de una "colitis aguda febril de naturaleza amibiana, con posible paludismo, sífilis, e inclusive por envenenamiento causado por arsénico contenido en muchos medicamentos de la época. Según información del investigador Jorge Hoffman en su libro la Carta, pág. 210, en 1883, el Dr. Rodrigo Chacón, sacó un folleto donde afirma que Bolívar no murió por tuberculosis sino por paludismo. El Diario El Tiempo de Bogotá, público el 18 de diciembre de 1930 un trabajo científico del Dr. Francisco Gneco Mozo, titulado Diario Nosológico, donde califica a Reverend de mediocre medicastro del pueblucho que dormía tranquilo bajo una techumbre de empirismo sin inquietudes(.). Ilustrando de esta manera que los auxilios prestados a Bolívar no correspondieron a una metodología médica clínicamente aprobada y aceptada para la época. Para el historiador Bolivariano Meir Hoffman, son muchas las interrogantes si ese señor no era médico. "Si no era médico, eso significa sólo dos cosas: que todos estos señores (Reverend, Mariano Montilla, Laurencio Silva, entre otros) mintieron o los documentos que tenemos para certificar la muerte del libertador fueron manipulados, lo que significa que estamos en presencia de una conspiración". (La Carta, pág. 211). Lo cierto del caso que este médico o seudomédico, fue el único que registró los detalles sobre los últimos 17 días del libertador y por lo tanto la única fuente histórica para investigar y en la cual se basan la mayoría de los investigadores en un hecho de tanta relevancia como lo fue la muerte de Simón Bolívar, después de 36 años del fallecimiento, cuando se encontraba en París. (Leer La Carta, tomo I, pág. 201).
       Complot contra Bolívar
       Para el investigador e historiador colombiano William Hernández Ospino, la teoría de la verdadera causa de la muerte de Bolívar y el complot para asesinarlo, la cual se describe de manera detallada en su último libro: "La verdad más allá de mi tumba, pruebas del complot de Santander y Estados Unidos contra Simón Bolívar". Esta teoría busca replantear la interpretación de la historia partiendo de un conflicto político. Este podría ser uno de aquellos casos donde a través de la investigación y conectando cada detalle que muestra las evidencias del pasado, la certeza podría develar algo que muchos han considerado una mentira y que otros han decidido sepultar, las causas por las cuales murió el Libertador. En este libro ya mencionado Ospino, describe con detalles que a Bolívar lo asesinaron por la búsqueda ambiciosa de poder, esa conclusión surge de un trabajo de investigación por 30 años. La lectura que hizo al famoso diario del francés Alejandro Próspero Reverend, quien escribió en París, 36 años después de la muerte de Bolívar, los detalles del tratamiento que le hizo en los últimos días que residió en Santa Marta. Donde comparó lo descrito por el famoso médico con documentos de archivo, entre cartas y periódicos de la época, hallados en Bogotá, encontrando diversas contradicciones e interrogantes, dudas que se convirtieron en cuestionamientos: ¿el diario médico de Reverend fue sincero o fue compuesto y pagado por un tercero? Según Hernández Ospino el tratamiento utilizado por el francés no fue para sanarlo.
       Sospechas por envenenamiento
       Durante décadas, personas de varias partes del mundo se han interesado por encontrar una explicación que indique con certeza de qué murió el Libertador. La autopsia conocida y practicada por el mismo Reverend señala a la tisis tuberculosa, como la enfermedad que mató al héroe de la historia latinoamericana. Estudios realizados en el presente año por el Dr. Paul G. Auwaerter, médico, MBA, profesor y director clínico en la División de Enfermedades Infecciosas del Departamento de Medicina de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, Estados Unidos, anunció que luego de revisado el caso de Bolívar, que era probable que el general no hubiese muerto de tuberculosis. En lugar de ello, ve evidencia de una causa de muerte más siniestra: "envenenamiento crónico por arsénico que produjo una enfermedad respiratoria severa". Para Hernández, el químico era la base para uno de los medicamentos que le suministraba Reverend a su paciente en la Quinta de San Pedro Alejandrino: la aplicación de cataplasmas o sinapismos a base de mostaza y arsénico, que les provocaban úlceras dolorosas en la piel.? Sumado a lo previamente señalado, la posición de otros investigadores que señalan la utilización del polvo de cantárida, famoso por sus efectos afrodisíacos extraídos de un insecto y que en sobredosis es letal. También le resultó interesante que además de los peligrosos ingredientes de dichos medicamentos le aplicara linimento de Gondret, una combinación de manteca de cerdo con amoníaco líquido, que en forma de pomada lo untaba sobre la piel de Bolívar.
       Para Hernández Ospino, no cabe la menor duda (como lo señala en su libro), que el famoso médico de cabecera sabía conscientemente qué clase de tratamiento tóxico le suministraba a Bolívar, porque era boticario con pleno conocimiento de lo que hacía. Sobre su profesión como médico está seguro que nunca la estudió y más bien se valía del conocimiento popular que no estaba en esa época muy distante del ejercicio galeno. ¿Por qué razón un boticario francés quien venía con ese conocimiento de la farmacopea europea le aplica a un hombre en estado de debilidad un tratamiento eminentemente tóxico? La pregunta se la hace el historiador a la vez que manifiesta que éstas son reflexiones basadas en analogías hechas después de largas investigaciones y confrontaciones con los otros escritores a quienes cita en su obra. En su literatura de fundamento histórico, no considera a Reverend como un asesino; pero sí una pieza clave dentro de un gran plan que se venía gestando años atrás para atentar contra la vida de Simón Bolívar.
       El escritor en su libro: "La verdad más allá de mi tumba", no vacila en afirmar que existió una compleja y bien armada estructura que planeó y ejecutó en el momento preciso el crimen de que fuera víctima el Libertador. "Entre las acciones realizadas en el tratamiento de Alejandro Próspero Reverend y una probable asesoría que hiciera un médico militar, de apellido Mc Night (también descrito por el historiador venezolano Jorge Meir Hoffman en su libro La Carta), nacido en Nueva York, y posiblemente su entrenamiento médico lo recibió en Filadelfia". (Hernández Ospino).
       República de La Florida
       Para el momento en que Bolívar se encontraba en Santa Marta, Andrew Jackson ocupaba la presidencia de los EEUU. La Obsesión de este Presidente, surgió 13 años antes, cuando Bolívar desde Angostura, dirigió las acciones militares para invadir la península de Florida que estaba en poder de los españoles, en su objetivo de lograr su independencia y con esta acción militar, surgiría el nacimiento de la República de la Florida, considerada acto de justicia en el marco de la legislación internacional vigente para la época, entonces también era legal expulsar a los españoles acantonados en la península de la Florida. Simón Bolívar se plantea la necesidad de lograr la independencia de la Florida como clamaban sus habitantes que se encontraban envueltos en una guerra fratricida entre nativos timicuas, seminolas; y colonos ingleses, franceses, españoles y estadounidenses, además para el libertador liberar la región del dominio español-estadounidenses, significaba una estrategia para cortar el paso de barcos enemigos que desde los puertos de Boston llevaban armamentos y municiones a los realistas acantonados en las riberas del Orinoco, puesto que la ruta la hacían por el estrecho marítimo que separa la Florida con la isla de Cuba que estaba también en poder de España. A partir del 25 de julio de 1817 cuando 150 venezolanos ocuparon la isla Amelia, en la costa Atlántica de los Estados Unidos, en poder de España, proclamando la República de Florida, que Estados Unidos reaccionó en contra de las acciones realizadas y que encabezaba Simón Bolívar, al lado del oficial escocés Mc Gregor. El presidente norteamericano, James Monroe (1817-1825), empezó por descalificar ante el Congreso de su país a los libertadores de La Florida; los llamó aventureros, fugitivos internacionales, piratas, esclavos que se ocultaban; se aventuró a afirmar que no se había establecido en Amelia un gobierno, sino un sistema de piratería que propiciaba el contrabando y la rebelión de los seminolas contra los Estados Unidos.
       La Grampus
       Además de los acontecimientos de La Florida y otros escritos donde autoridades políticas estadounidenses declaran su animadversión por los líderes revolucionarios latinoamericanos, los intereses de Estados Unidos estaban inclinados, según documentos, a dominar el sur del continente y para ello Simón Bolívar era un obstáculo en sus ambiciosos planes. William Hernández deduce a través de la propia historia, las razones por las cuales un navío de la armada extranjera, persiguió desde el Puerto de Sabanilla, muy cerca a Barranquilla al Bergantín "Manuel", que transportaba a Bolívar hacia Santa Marta (año 1830). No cree en las buenas intenciones que tuvo la goleta de nombre "Grampus", comandada por un capitán llamado Isaac Mayo, para escoltar a la embarcación de propiedad del empresario samario, Joaquín de Mier. A su arribo a Santa Marta, Mc Night tuvo la oportunidad de entrevistarse en tres ocasiones con Reverend, según este último, para intercambiar conceptos acerca del estado de salud del prócer. El médico duró apenas tres días en Santa Marta.
       "¿Para qué se reunió el médico militar, enemigo de Simón Bolívar con Alejandro Próspero Reverend?" es la interrogante que se hace el historiador Hernández Ospino cuando explica apartes de lo que publica en su novela. "Yo concluyo que es Mc Nigth, quien le recomienda a Alejandro Próspero Reverend el tratamiento que debe usar para acabar con Simón Bolívar", declara contundentemente al tiempo que enlaza esa relación con lo que se estaba gestando en Lima, entre los gringos y Francisco de Paula Santander.
       Conspiración de Santander
        Hernández muestra unas de las cartas escritas por el cónsul de Estados Unidos en Lima hacia el año de 1827, William Tudor, quien mantenía comunicación con Santander y en una de ellas declara: "El general Santander está de acuerdo con nuestros planes, el general Santander aprueba lo que estamos haciendo aquí en Lima". Mientras tanto estaba en Bogotá William Henry Harrison, ministro plenipotenciario de Estados Unidos en Bogotá (1827), quien fuera más adelante el noveno presidente de los norteamericanos, según cuenta la historia se reunía en la residencia de Nicolasa Ibáñez, amante de Santander, cómplice, quien al parecer conjuraba desde su casa al lado de los enemigos de Bolívar, cobijados en la llamada Sociedad Filológica integrada en su mayoría por masones.
       "El grupo estaba integrado por Vicente Azuero, Luis Vargas Tejada, Francisco Soto, Miguel Uribe, Pedro Carujo, Ezequiel Rojas y el misterioso, doctor Argamil, todos ellos tenían un claro objetivo: matar a como diera lugar a Bolívar".
       En síntesis de todos estos enigmas, no queda más que misterios e interrogantes, que si bien la historia ha intentado aclararlos, muchos de ellos no han sido con la verdad. Este podría ser uno de aquellos casos donde a través de la investigación y conectando cada detalle que muestra las evidencias del pasado, la certeza podría develar algo que muchos han considerado una mentira y que otros han decidido sepultar las causas por las cuales murió el Libertador.
       Fuente:
       . .La Carta, que cambiara la historia, tomos I, II, por. Jorge Mier Hoffman.
       . .Nuestras Efemérides, Gisela Soto.
       . .Qué celebramos hoy, Vinicio Romero Martínez.
       . .El Desafío de la historia, revista nº 6, año 1.
       . .William Hernández Ospino, pág. Web.
       . .Un enigma llamado Bolívar, pág. Web
       . .http://www.simon-bolivar.org

miércoles, 7 de diciembre de 2016

A NUESTRO GRAN AMIGO SOTERO HERNANDEZ

CON ESPECIAL DEFERENCIA A NUESTRO AMIGO SOTERO QUIEN PAPA DIOS SE LO LLEVO AL CIELO PARA QUE LO AYUDARA A CONTROLAR A LOS ANGELITOS DE ANDRES ELOY BLANCO







"VIAJE AL CENTRO DEL FRACASO"

ONAPRE: INSTRUCTIVOS PARA EL EJERCICIO ECONOMICO FINANCIERO 2017